Gente con cianuro

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domingo, 30 de junio de 2013

Corazones de mimbre. Capítulo 8.



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Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7

   
    Me despierto en mitad de la noche, sudoroso y con el corazón al borde del colapso, casi a punto de salirse de mi torso. Doy vueltas en mi cama pero no consigo dormir. Pego un salto y toco el suelo que está frío. Me pongo mis zapatillas de andar por casa y abro la puerta de mi habitación. El minúsculo pasillo que hace las veces de una especie de extensión del pequeño comedor está oscuro, como el resto de la casa. Llevaba unos boxers ajustados y pese a que estaba sudado me encontraba un poco destemplado. Caminaba lentamente, a pasos de hormiga. Por fin llegué a la nevera. Doy un vistazo y localizo la botella de agua mineral. Después abro un armarito y cojo un vaso de cristal, acto seguido derramo un poco de líquido transparente. Primero pego un sorbo pequeño, espero que el agua fluya por mi garganta. Me duelen las muelas porque está helada. Nunca me han gustado las cosas tan frías y no podré comprender a quien si. “Un último trago y me la termino” pienso. Trago el agua y deposito el vaso en la pica del fregadero. Lo limpiaré cuando amanezca.


    Paso frente el cuarto de Carlota. La mente se me queda en blanco y solo pienso en ir con ella y protegerla de todos esos monstruos que la acechan.

Tengo ganas de ir a su cama y abrazarla. Tengo ganas de quererla como nunca antes la han querido y sobretodo tengo ganas de sentir sus labios pegados a los míos durante horas o años, durante todo un infinito. Tengo ganas de morderle el cuello y recorrer su espalda suavemente con mis manos mientras le susurro en el oído cuanto le quiero. Sentir que estamos juntos, de eso es lo que tengo ganas. Tengo ganas de llegar a su alma y besarla porque eso no lo puede hacer cualquiera. Aunque se me olvida lo más importante, tengo ganas de ella y yo, tengo ganas de nosotros.

   Abro la puerta con lentitud como quien abre la puerta de su jaula y puede volar cuanto quiere. Mis ganas irrefrenables de ella me llenan de pasión y amor.


    Me quedo quieto. Me agacho y le aparto un mechón de su cuello. En mi cabeza suena “Es tan perfecta, Dios mío” Me siento muy despacito a su lado, lo suficiente para escuchar su corazón latir. Un corazón de mimbre que se deshilacha si se estira de un extremo y eso, eso es imposible de arreglar. Toco su cintura y paseo mis dedos libremente, parezco un perturbado pero me da igual. Junto mis labios húmedos con su cuello y su respiración y la mía entran en contacto.

    Me deslizo y mis manos abandonan su cuerpo tan perfecto, como si los dioses la hubieran diseñado. Emite un pequeño ruido y me percato de una lágrima en su mejilla. Ha estado llorando hasta dormir. Su cara está girada y me escabullo de allí antes que tener que dar cualquier nefasta explicación inexplicable. Salí rápidamente, como un ninja.   



La luz del alba se cuela por la ventana. Estoy aturdido por las imágenes de anoche que pasan con rapidez. Alguna que otra se queda un poco más, forman parte de mi colección de instantes casi perfectos.
               
Me levanto y me visto con lo primero que alcanzo. Vaqueros, suéter y deportivas negras. Me cuelgo la mochila a la espalda y me dirijo de nuevo a la cocina, como apenas unas cuantas horas antes. No me percato de que está en el sofá leyendo un libro de texto, el de Biología seguramente. Tenemos examen a primera hora, es el último examen.
       –Hola Martín –dice ella y me mira como si nada.
       –Hola Carlota –digo yo y la miro como si todo.
       –¿Cómo estás? –pregunto aun sabiendo la respuesta verdadera y la respuesta falsa que claramente me va a contestar.
       –Bien, bueno –aclarándose la garganta un poco – . ¿Nos largamos ya al instituto?
       –Vale. Tenemos que darnos prisa. –digo señalando el libro que está entre sus manos, las mismas de anoche –. Aunque primero voy a beber algo de zumo.
      Abro el frigorífico y bebo a morro algo de zumo de frutas. “Tanto azúcar no es bueno de buena mañana” Eso es lo que hubiera dicho mi madre si me hubiera visto.
       –¿Cuántas veces te he dicho que te cojas un vaso? –Suena autoritario pero esa sonrisa burlona que tiene es demasiado para mi. Dejo pasar lo que dice.
      Abro la puerta y cierro con llave porque después de lo de la última vez hemos extremado las precauciones. Me las guardo en el bolsillo de detrás de mi mochila roja, muy usada y vieja pero me gusta.


     Cogemos la calle hacia arriba y a recorrer el mismo trayecto de los últimos meses. Avanzamos por la Avenida. Paramos en el semáforo que hace cinco y esperamos a que se ponga verde. Cruzamos. No hay mucha gente todavía, apenas son las ocho menos cuarto y la ciudad aún se está despertado de una larga noche que yo por lo menos no olvidaré.
   Atravesamos una plazoleta paralela a la Avenida y llegamos hasta el Conservatorio. Ahí nos desviamos a la izquierda y andamos todo recto. A lo lejos se adivinan las letras que ponen “Centro Educativo” y debajo de eso “La Arboleda”. Se llama así porque, como dice su nombre, justo detrás del centro se extiende una gran arboleda que es el gran pulmón verde de la ciudad. Después de toda esa inmensidad de árboles solo existe la nada, o los pueblos que rodean la gran ciudad. Un cordón de carreteras y polígonos industriales separa aquello de esto, es una especia de zanja que desliga todo.
   La Universidad está a solo unos pocos pasos y por eso aquí hay un poco más de actividad.

    Césped mustio invita a entrar por la puerta principal, la única que hay. Un gran vestíbulo con la conserjería, la papelería, los despachos de los profesores y todo lo que suele haber en sitios como estos. Nos mezclamos entre todos los presentes. Hay gente de todas las edades desde personas de más de 60 años a adolescentes como nosotros. Hay ciclos de formación profesional, cursos de bachiller y de secundaria, todo reservado para gente con un bolsillo bastante grande y en el caso de nosotros, con un brillante expediente académico. Al fin y al cabo es una escuela privada y solo unas pocas personas hemos conseguido las becas que ofrecían desde una Fundación “sin ánimo de lucro” pero que existe para lavar la imagen de la empresa propietaria del centro, un gigante financiero.

     Subimos los peldaños de la escalera y sabemos muy bien adonde nos dirigimos, el Aula B8, la de Biología de secundaria. La puerta está abierta y un hombre fino y con una camisa a cuadros nos recibe. Es el profesor de Biología y Geología, Ramón.
    –Bienvenidos. Ya estamos todos. Enseguida reparto los exámenes, los últimos. Recordad que a partir de ahora iremos al Laboratorio a hacer unas investigaciones muy sencillas. –Su voz suena como siempre. Es un intento de meterse en la piel del alumno pero sin conseguirlo. Es un buen tipo.
    Paseo la mirada por la clase. Apenas éramos 8 allí. Hugo con la mirada cabizbaja porque esta es su peor asignatura y necesita la beca. Toni, el chulito de clase a mi izquierda, delante de mí y en primera fila, Carlota, a la que le he deseado suerte aunque no la necesite. A su lado está Susana una chica de pelo rubio y ojos azules. Es inteligente pero muy callada. Terminan por perfilar la clase, Víctor, un chico alegre que siempre está sonriendo. Es bajito y algo simple. Noelia, una morena con ojos caramelos que resaltaban aún más porque tenía el pelo recortado a la altura de las cejas, que hace posible que sus dulces facciones sean mas intensas. Es la menos inteligente de todos pero tiene cualidades que muchos desean; belleza, estrategia y mucha anticipación. Solo quedaba Natalia que estaba sentada en un rincón de la clase. Pelo castaño y recogido en una coleta en un intento por mostrar sus pendientes. Suele regalar sonrisas impertinentes a diestro y siniestro pero es la más solidaria y concienciada. Creo recordar que el verano pasado fue voluntaria en una protectora de animales abandonados.
   Todos tenemos algo en común. Hemos obtenido la beca y vivimos en un piso que nos pagan, excepto Susana que vive con su familia en la ciudad. El resto somos de ciudades menores o pueblos perdidos en la montaña. Hugo está con Toni, Noelia y Natalia en piso cercano al nuestro y nosotros.




 
Ramón comienza a repartir las hojas de los exámenes y dicta las instrucciones para contestar las cuestiones. Son cinco. Las leo y pronto se me esparcen todas las ideas en el folio. Pasa media hora, y yo ya he acabado. Me levanto y entrego el examen. He sido el tercero en acabar, Cecilia y Carlota ya han terminado. Al poco tiempo Toni, Víctor y Natalia repiten la misma acción. Solo quedan Hugo y Noelia, como siempre. Hugo da un soplido y escribe algunas cosas rápidamente. Sonríe. Parece que al final le ha ido bien. Natalia por el contrario levanta la cabeza y no consigue ordenar las ideas. Suena el timbre de las nueve y cuarto. Natalia musita algo para si misma.

  Las siguientes dos horas pasan rápido y en el recreo vamos Hugo, Carlota, Cecilia y yo juntos. Cecilia es tímida y casi nunca habla demasiado, pero hace una excepción.
   –¡No sabéis lo que me ha pasado este fin de semana! –exclama.
   –Cuenta –pronunciamos al unísono.
   –He conocido a un chico por Internet y me ha pedido que nos veamos el próximo fin de semana.
   –Pero eso es muy peligroso, si quieres yo te acompaño. –dijo con carácter protector Hugo.
   –Vale pero en cuanto esté te largas y nos dejas solos, no vaya a ser que me lo espantes. Se llama Misterious Boy. Me envió él una petición al Tuenti y todo…
   –Pues tenemos que ir a hacer algunas compras. –le dijo Carlota con picardía y optimismo.
   –Ojala hagáis buena pareja. –La verdad es que a la chica, Cecilia, se le veía un poco solitaria aunque esas cosas por Internet…
  Al rato sonó el timbre y volvimos con otras dos horas de clase en las que no pasó absolutamente nada. Mi aburrimiento crecía de una manera gigantesca.
  El segundo recreo, donde tan solo nos dio tiempo a hablar de nuestras cosas pasó rápido. Entramos en clases y a las 15:20 sonó por última vez en ese día.
  En el centro había un comedor donde comíamos absolutamente gratis. La beca era una especie de ticket a  un internado excepto porque podíamos vivir sin estar siempre vigilados, era alguna bueno para nuestra inteligencia emocional decían.

  Los ocho avanzamos por el vestíbulo principal. Unas cuarenta personas hacían cola para entrar al comedor por la puerta que está hacia donde nos dirigimos. Saqué el carnet del centro, el que me identificaba.

  Enseñé el carnet a la misma mujer mayor que para no perder la costumbre estaba con cara de almendras agrias.

  El comedor es bastante grande y luminoso porque el techo es de cristal y hay grandes ventanales. El suelo, a diferencia de todo lo demás donde hay madera, es de azulejo normal.
  Cogemos unas bandejas de metal y las llenamos con comida. Yo elijo carne con salsa de primero, de segundo ensalada y de postre me cojo una pera. Agua para beber.
  Nos sentamos en la misma mesa de siempre a la hora de siempre con los de siempre pero no pasa lo de siempre. Algo nos va a desquiciar en las próximas horas.

  –¡Oh dios mío! Mira esto Martín, léelo, venga. –dice ella con impaciencia y miedo, sobre todo eso, mucho pero que mucho miedo. Su mirada infunde temor.
  Es una web de noticias y pone lo siguiente:

SUCESOS (última hora)
Según informan fuentes policiales la llamada de auxilio realizada esta mañana al programa estrella de las mañanas “El Magazine” que se emite por el Canal 7 ha sido realizada por un personaje que dará mucho que hablar. Supuestamente se trata de Alejandro Rodríguez Bataller, heredero de una de las grandes fortunas de este país y próximo accionista mayoritario de la multinacional ActiveOne que cotiza en la bolsa de Nueva York. Esta empresa se dedica al mundo de las nuevas tecnologías, las finanzas y las energías renovables. 
Aún se desconoce el lugar exacto del que se ha realizado la llamada pero se sabe por fuentes anónimas que estaba en el extranjero de vacaciones. El Ministerio de Asuntos Exteriores ya ha dado el aviso a todas las embajadas para que se dispongan en su busca. Es posible que en las próximas horas se aclare más sobre este asunto que dará que hablar no solo aquí sino internacionalmente. Les mantendremos informados sobre posibles nuevos sucesos alrededor de este caso.

   Con solo leer el nombre me estremezco. Es el mismo que aparecía en el cuarto buzón, el de la caja y la llave, era todo aquello y él ahora mismo estaba en peligro. ¿Tenia eso algo que ver con que nos quitaran todas las cosas que nos habían dejado previamente? ¿Estaba todo eso relacionado de alguna manera? No lo sabíamos ninguno de los dos. Solo pude mirarla fijamente y notar como mi corazón también era de mimbre ya que en ese mismo instante se estaba deshilachado. Estaba aterrorizado y me partía en trozos de cristal que se partían en otros más pequeños y así hasta que no quedaba nada de mí.
   Abracé a Carlota mientras el resto de la mesa nos miraba. Noté su corazón acariciando mi pecho y la estreché entre mis manos aún más fuerte.
     –Todo va a salir bien, ya verás. –le susurré eso al oído o más bien lo hizo mi instinto de supervivencia porque ni yo mismo creía en que todo iba a salir bien cuando ni siquiera había comenzado nada. Esto solo era un aviso de lo que luego vendría.

   Me fijé y una lagrima desfilaba por su mejilla, hacía abajo y sin ningún tipo de frenos. Se la quité y le agarré fuerte la mano para asegurarme que no se fuera de allí sin mi. La necesitaba más de lo que creía, nos necesitábamos.




viernes, 28 de junio de 2013

Alba y Raquel. Capítulo 3.


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¡Capítulos nuevos!


Entró por la puerta igual que un elefante en una cacharrería. Dio unos cuantos saludos al aire y se volvió tras de si porque se le había caído algo que no pude distinguir. Tras unas zancadas se dio paso al salón donde estaba yo. Julia se había entretenido viendo algunas cartas del banco y por eso musitaba algún que otro insulto hacía los familiares de los banqueros. 
-Hola, soy Alba, encantada y ¿tu eres? -dijo la chica alegre que acababa de entrar por la puerta.
-Me llamo Samuel...
-¿Y que haces tú por aquí? -Después de que la nueva chica que había conocido dijera esto, Julia salió en mi defensa como una madre que protege a sus hijos.
-Se me cayó un papel y él se lo encontró por la calle... y bueno... pues me lo devolvió y aquí está. -dijo Julia con cierto tono sentimental.
-Ya te he dicho muchas veces que no abras la puerta a desconocidos, no es algo demasiado seguro en estos tiempos... -La última frase decía tanto y tan poco que un silencio incomodo nos apresó a los tres pero parecía que lo que decía Alba podía molestar a Julia aunque ella no le dijo nada. Algo muy fuerte les unía, unos lazos emocionales casi irrompibles.
-Es verdad... pero -refiriéndose a mi- ¿a que no eres ningún ladrón?
-Quizás lo sea pero... ¿a que tengo aspecto de buena persona? -solté con sorna.
-A mi me pareces una buena persona, y ¿a ti, Alba?
-Pues así a primera vista tienes buen aspecto, ya veremos... las apariencias engañan... -Una mirada clara hacían que sus palabras sonaran verídicas- Julia, ¿él se va a quedar a nuestra, ya sabes... la reunión -No estaba segura de lo que decía y lo sabia porque su actitud era muy diferente a la de unos minutos antes, su voz antes era agradable y ahora se había vuelto áspera. Parecía tener muchas inquietudes que muy pocas personas conocían. Julia no contestó a su pregunta como quien tiene temor de saber su veredicto de muerte.
-¡Sentaos ahí! -exclamó señalando las sillas de madera.

Sentados frente a frente la observé detenidamente fijándome en todos sus detalles que la hacían única.
Vestía pantalones negros, ni muy formales ni demasiado casuales y una blusa azul mar con pequeñas incrustaciones brillantes de una especie de color verde que no supe descifrar. Calzaba unas zapatillas planas de un color azul pero mucho más claro que el de la blusa, sería por el desgaste. Llevaba una coleta hecha con maestría, la del paso de los años, y su pelo rizado ocultaba unos pendientes sencillos pero que con el reflejo de la luz del sol se podían distinguir.
Enseguida llamaron al timbre y fue Julia, otra vez, quien fue a abrir a una chica.

Esta era un poco más alta y tenía un acento muy bonito. Llevaba el pelo suelto que le daba un aire a actriz de Holliwood de los años 60, unos pantalones ajustados y una camiseta por la que se veía su hombro izquierdo al que le había pegado el sol y estaba muy moreno. Unos simples botines de cuero marrón terminaban por diseñar su silueta esbelta.
Alba tendría unos 22 o 23 años, en cambio Raquel era como yo, un poco más joven.

Julia nos presentó y le dí un par de besos en sus mejillas que tenían algo de maquillaje.
-Bueno, ¿preparamos esto un poco o que hacemos aquí?
Las tres mujeres se apresuraron a ponerse en marcha y poner todos aquello en condiciones. Retiraron deprisa la mesa y la colocaron en un rincón.
-¿Que haces tu ahí como un pasmarote? Venga, ayúdame a colocar estas sillas en forma de circulo. -Un tono carismático y dictatorial, nunca había conocido a nadie con esas cualidades. Raquel era una caja llena de sorpresas.
Hice lo que me dijo según sus instrucciones.

Mientras tanto en la cocina, Alba, ayudaba a la anfitriona a preparar café. Olía tan pero que tan bien... Tenia unas ganas enormes beberlo pero aún tenia que esperar un rato.
Julia trajo una humeante y rebosante cafetera llena de café caliente. Alba traía en una bandeja cinco tazas blancas de cerámica y un vaso de cristal con agua dentro. Depositó todo en la mesa grande que ahora estaba en el rincón, justo al lado de una planta un poco mustia.
El salón se veía con mejor aspecto, era mas grande y espacioso.

Los cuatro nos sentamos pero no por mucho tiempo porque acaba de sonar el timbre y un hombre alto con el pelo corto y aspecto musculoso acababa de entrar por la puerta.
Era otro integrante de la misteriosa reunión.




miércoles, 26 de junio de 2013

Cine con cianuro. Yo soy Sam.

Esta película la vi hace unos días y me ha gustado mucho, es muy conmovedora y la recomiendo a todos vosotros.



Argumento.
Una joven mujer abandona a su hija el mismo día en que nace dejándola en manos de su padre, Sam Dawson, que padece espectro autista con bajo coeficiente intelectual. La película narra, al compás de The Beatles, las dificultades que tienen que atravesar cuando, a partir de los 6 años, Lucy demuestra una capacidad mental superior a su padre. El Estado cuestiona la capacidad de Sam para educar a su hija por lo que se enfrenta a un juicio que le quitaría su custodia. Sam, con la ayuda de una abogada profesional, Rita Harrinson (Interpretada por la actriz Michelle Pfeiffer), buscan recuperar la custodia de su hija. En el proceso, Sam comienza a recapacitar sobre lo que realmente es necesario para la pequeña..


Resumen.
Sam es discapacitado psíquico y tiene una hija, porque la madre les ha abandonado. Una mujer le ayuda a cuidar a su hija, esa mujer tiene agorafobia, es decir, le dan miedo los espacios abiertos y no sale de su casa. Cuando su hija cumple seis años los servicios sociales le quitan la custodia porque dicen que no puede educarla ya que Lucy será más lista que él.
Con esto empieza el juicio por la custodia y Rita, la abogada, le ayudará a su pesar. Esta experiencia le cambiará totalmente la vida para siempre.
El final de esta peli hace pensar que siempre existe la esperanza si se piensa que es posible conseguir lo que
quieres.

Mi opinión.
Me ha gustado mucho porque muestra como todos aparentemente somos muy diferentes pero tenemos más cosas en común de lo que parece.  Muestra como una persona discapacitada puede cuidar y amar a una persona igual que otros.
En parte conciencia que todos tenemos los mismos derechos seamos como seamos, con nuestras diferencias y semblanzas. Las interpretaciones son geniales.
La banda sonora es genial, de los The Beatles, pero con versiones. En la foto de abajo se ve como sus amigos van con él. Ellos le ayudan mucho y siempre sonríen. La foto de abajo pertene a un fragmento de la película, podéis ver el vídeo de este aquí.


La película está muy cuidada y guarda todos los detalles, por ejemplo Sam siempre lleva un par de camisetas, una encima de otra .
Si sois muy lacrimogenos preparar pañuelos para secar lágrimas... o cataratas jeje
Una frase que la puede definir es:
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. Khalil Gibran.




martes, 25 de junio de 2013

Entrevista con cianuro. Garonne.


Esta es una nueva sección del blog y la va a inaugurar Carla del blog Las Nubes de Garonne, escribe varias historias como por ejemplo Atracción, Besos prohibidos, Crónicas de Thaishat, Amor al revés sigue siendo amor y Fiammetta, todas son geniales. 
Si queréis que os haga una entrevista solo tenéis que decírmelo en los comentarios o en Twitter. La verdad es que es una entrevista interesante y así podréis descubrir a Garonne si es que todavía no la conocéis...



ENTREVISTA A GARONNE. 

1. La primera pregunta es ¿recuerdas por que comenzaste a escribir? 
La verdad, creo que escribo desde siempre. Cuando no sabía leer, cogía los libros que mi madre me compraba y me inventaba la historia que contenían. Con el tiempo, empecé a escribir más o menos en serio, a eso de los diez años. Y hasta ahora.

2. ¿Que fue lo primero que escribiste? ¿Cual era el argumento? ¿Te gustaría seguirlo?
Lo primero que escribí fue Kate Wingdings y el Espejo Mágico, una historia con cierto parecido a Harry Potter. Kate descubre que es maga y que sus padres siguen vivos, escondidos en algún lugar. Va a Atnalp, una escuela de magia, donde conoce a Vicky y a sus hermanos, los Méndez-Sanders (Danny Méndez y Jessica Luss, de Atracción, son personajes sacados de esta historia). Tiene que enfrentarse al malo y encerrarle en el Espejo, y ya no recuerdo más, jaja. Me encantaría remodelar la historia y escribir los siete libros que tenía pensados, pero no puedo porque se perdió.

3. ¿Como definirías a tus historias? ¿Tienes alguna favorita?
Mis historias son... mías. Es una deducción lógica, pero cualquiera que me conozca puede entenderlo perfectamente. Una de mis amigas me dijo cuando se leyó Amor al revés sigue siendo amor que se notaba que lo había escrito yo. A eso me refiero. Mis historias son algo muy mío, una parte de mí misma. Sin ellas, no sería nada, y ellas sin mí... Bueno, no existirían. Mis favoritas son Besos Prohibidos, Crónicas de Thaishat y Amor al revés sigue siendo amor. Aunque a las otras también las quiero mucho, jajaja.

4. ¿Que piensa tu familia y tus amigos de que escribas?
Les parece bien, supongo. Creo que todos mis amigos, en algún momento, han leído algo mío. Es más, una de mis mejores amigas, Elena, es un personaje de Besos Prohibidos, y siempre he utilizado sus nombres en alguna historia. Y a mis padres, pues también.

5. ¿Quien es tu escritor/a y tu libro favorito? 
Mis escritores favoritos son Patrick Rothfuss (Crónica del Asesino de Reyes) y Laura Gallego (Memorias de Idhún).

6. ¿Cual sería la receta del éxito para que un libro triunfe?
Ojalá lo supiera. Supongo que tiene que enganchar, estar bien escrito y contar una buena historia.

7. ¿Crees que las editoriales ponen fácil que nuevos escritores publiquen?
No, la verdad. De todas formas, si se lo pusiera fácil a todo el mundo y no fueran tan selectivos, tendríamos una sobrepoblación de obras que quizá no sean tan buenas. No sé si me explico.

8. ¿Como te definirías a ti misma?
Como alguien depresivo y alegre al mismo tiempo. Una persona inestable, poco constante y que no sabe hablar, solo escribir. Así, a grandes rasgos, soy yo.

9. ¿Alguna manía? ¿Eres supersticiosa?
Muchísimas: mirar las esquinas para ver si hay arañas, no poner los zapatos encima de la cama, andar descalza, quitar legañas... Creo que supersticiosa soy bastante poco.

10. ¿Que te gustaría ser en el futuro?
Me gustaría trabajar en una editorial, o en una biblioteca, o en una tienda de libros. Cualquier cosa con tal de estar rodeada de historias.

11. ¿Vas a hacer algún cambio en el blog? ¿Que es lo que más te gusta de tu experiencia en la blogosfera?
De momento, no hay novedades a la vista: estoy terminando Helado de vainilla derretido y justo ayer empecé a subir capítulos de Crónicas de Thaishat, una historia que ya había estado por el blog y que terminé de corregir hace poco. A parte de eso, creo que no hay más novedades. Lo que más me gusta del mundo de los blogs es compartir opiniones y experiencias con otras personas que están a millones de kilómetros de distancia. Me parece increíble que alguien, por ejemplo, de Valencia, pueda leerme y opinar sobre lo que escribo. Eso es lo que más me gusta de todo esto.

12. ¿Que crees que hay que hacer para cumplir tus sueños?
Ser persistente y no rendirse.

13. ¿Que es lo más importante en la vida?
No buscarle un sentido. Su sentido es vivirla, venga con lo que venga, y disfrutarla hasta el último momento.

14. ¿Ahora que es verano que es lo que vas a hacer?
Descansar de un curso agotador y hacer todo lo que no he podido hacer durante estos meses: escribir, leer, dibujar, salir con mis amigos y mi novio, dormir hasta las tantas... Esas cosillas.

15. Y para acabar, ¿una frase que te defina? 
"Me abriré las venas, me saldrán palabras". Venas con humo y palabras, de Marea.

Muchas gracias por colaborar Garonne, que tengas mucha suerte y que todo lo que te propongas se haga realidad. 
Muchas gracias a ti también.






lunes, 24 de junio de 2013

La empatia.


Hola, ¿como estáis? Espero que genial :)
Primero de todos daros las gracias porque ya sois más de 100 personas las que siguen el blog y nunca pensé que serian tantas porque para mi una sola persona vale muchísimo más que cualquier otra cifra.
También comento que la historia que escribo ya va por el capítulo 7, y si no os lo habéis leído os dejo el enlace. Y dos cosas más... hace ya varios meses comencé a escribir otra pequeña historia que por ahora solo tiene 2 capítulos, os dejo el primero aquí por si os lo queréis leer ya que publicaré un nuevo capítulo de esta historia el viernes que viene, y por ir acabando con este repaso informativo del blog comento que a partir del próximo miércoles comenzaré con una antigua sección del blog, Cine con cianuro, que será semanal, y si queréis seguirme en Tuenti, me llamo El Chico Con Cianuro (me denunciaron la otra cuenta)
Abrazos a todos y os dejo con la cita con cianuro que trata de la empatía, para comenzar con fuerza esta primera semana de verano.

"Solo entiendes a alguien cuando caminas con sus zapatos"  Proverbio chino y sioux.

Esta frase me ha recordado al instante la empatia, pero ¿que es la empatia?
La empatia para mi es ponerse en al piel de la otra persona intentando comprender sus sentimientos o su estado de ánimo e intentar hacer que se sienta bien contigo, pero eso no significa que compartamos sus opiniones o sus actos, es decir, intentamos comprenderlo pero no hace falta estar de acuerdo.
Esto es difícil de sentir si las acciones de la otra persona que tenemos delante hacen que sintamos temor, odio o un gran disgusto.
Yo creo que merece la pena pedir a dos personas que estén enfrentadas por cualquier cosa que se pongan en la piel de la otra persona y hagan el esfuerzo de comprender como se siente la otra en la misma situación, aunque todo esto es mucho más fácil de decir que hacer, a mi me cuesta bastante muchas veces ¿y a ti?


sábado, 22 de junio de 2013

Reflejos sin voluntad.






Rodeado de gente no lograba ver lo que me rodeaba. Palabras y más palabras, multitud amontonada, gente sin alma paseando por las calles de una ciudad que no tiene ni cerebro ni corazón.
El tiempo, el más vacío de todos los lugares, lugares sin observar.
No quieren despertarse todavía y cuando quieran no podrán y se quejarán y olvidarán el pasado. Solo vivirán por sus intereses sin pensar las consecuencias de sus actos.
Un autoreflejo reflejado en el brillo de un movimiento imperceptible pero que lo cambia todo sin querer queriendo. Sin voluntad, solo por propia inercia o empujado por la fuerza de todos.

Reflejos sin voluntad.
no quieren despertar ya,
quieren la verdad.
pero aun es pronto dicen,
las maldades con dificultad,
los movimientos con fuerza ya

Gritos olvidados,
palabras recordadas, 
actos con consecuencias,
las sogas a los cuellos,
y las balas a los pechos

Un rodeo sin más,
sin ver ni ocultar,
escondido tras el diablo roba almas,
de la ciudad sin piedad,
la de los reflejos sin voluntad




domingo, 16 de junio de 2013

La isla desierta. Capítulo 7.

Nuevo capítulo... 
Capítulo 8



Era una noche calurosa cuando el teléfono sonó y sonó sin parar. Siempre que iba a cogerlo un silencio perturbador provenía de la otra línea. Estaba desesperado. Desenchufé el teléfono fijo y me concentré de nuevo en la televisión. "Una basura de programa" pensé, pero lo seguí viendo.
Ya bien entrada la madrugada y cuando lo único que iluminaban las calles eran las farolas me metí en mi cama deseando descansar, pero un ruido me lo impidió.
El teléfono estaba sonando otra vez. Maldito cacharro. Había estado sonando todo el día pero no lo había cogido. Al final lo descolgué...
Escuché un jadeo. Un jadeo y un grito espeluznante que venían acompañado de unas palabras al filo de la muerte.
-No me dejes aquí, rescatarme... Ayudarme... -decía aterrada una voz femenina.
Luego sonó un disparo, o varios. No lo supe muy bien.
Yo había sido el testigo de un asesinato y debía de hacerlo saber a la policía, claro que nada era lo que creía. Tenía que hacerlo pero me dormí, o intenté hacerlo. 

Tuve pesadillas y me desperté a la mañana siguiente con fiebre y un fuerte dolor de cabeza. El costado me escocía y me picaba más de lo que podía soportar. Miré y tenía un corte sin cerrar. No era demasiado profundo pero me asusté y me levanté de la cama. No me podía explicar como yo tenía un corte ahí...
Caminé escasos metros y llegué al salón donde había un cadáver. Grité, chillé, y después me quedé en silencio. El silencio era brutal.

El cadáver pertenecía a una chica joven con una larga melena morena y a la que le habían provocado innumerables cortes por todo su cuerpo. El corte más grande era en el costado, me asusté. Tenía que llamar a la policía, pero no tenía móvil porque viajaba sin él, prefería el fijo porque así no lo podía llevar a cualquier parte y podría huir del estrés, pero el teléfono fijo estaba roto, más bien aplastado y encima de la muerta.
Me acerqué un poco y había una nota clavada con un alfiler en la frente de la joven y pese a que tenía un aspecto horrible por los cortes y toda la sangre, estaba seguro de que antes de que la hubiesen matado había sido bastante hermosa. La nota clavada en la frente ponía "Eres el siguiente". Me puse a temblar, había reconocido el rostro de la asesinada y estaba seguro de que era la misma que ayer me había llamado pidiendo ayuda.

No tuve ni tan siquiera unos segundos para digerir la noticia de la nota cuando noté la sensación fría y helada del cañón de una pistola en la sien.

-Puedes realizar una última llamada. Evidentemente a quién yo diga. -dijo la voz grave de hombre que por alguna razón ya había escuchado anteriormente.
No pude articular ninguna palabra. Me dio un móvil y me dí cuenta de que llamaba a su próxima victima. Tal y como aquella joven había hecho. Mi llamada se emitió en directo en el programa de televisión más visto de las mañanas aunque eso yo no lo sabía. En este caso no llamaba a la siguiente victima, llamaba a un magazine matinal.
-Quiero vivir. -grité sin apenas fuerzas al programa televisivo. Las piernas me temblaban y las manos me sudaban. Luego me pasó un papel con una frase apuntada para que lo leyera.
-¿Queréis salvarme? -y justo en ese momento el tipo me quitó el móvil, colgó y la llamada y lo apagó. Luego tiró la tarjeta en un vaso de agua.
-Despídete de este mundo, porque tienes 12 horas de libertad. Eres un afortunado. -dijo ese hombre.
-Va... Vale... -contesté yo.
Me tiró de mi casa apuntándome con el arma. No me giré para no sentir el hielo y el fuego en su mirada.
Corrí cuanto pude pero no había previsto algo. Estaba aislado y no podía salir de allí. Estaba rodeado de agua, sin móvil y sin barco pues era el único medio de transporte para llegar ahí. El que pretendía asesinarme lo había hundido.
Tenia que esconderme y... pronto. Mi vida tenia las horas contadas. Tic-tac-tic-tac sonaba en mi cabeza y cada vez más rápido.
En estos momentos odiaba ser un guapo multimillonario que se podía permitir el lujo de visitar la casa que poseía en una isla desierta de Noruega. Esa casa era un capricho al alcance de muy pocos.
Una pesadilla reservada a mi destino. 

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Capítulo 1








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