Los rasgos de felicidad se han ido de mi, lentamente y muy despacio.
Tu encanto y tu luz propia poco a poco se ha ido apagando.
El frío ha vuelto. y pese a que hace un año lo pudo aguantar este invierno que viene no será igual que el otro. O eso digo yo siempre.
Nos apagamos como dos pedazos de cenizas en el hielo.
Nos helamos.
Nos hablamos con miradas al abismo.
Nosotros fuimos tanto y ahora polvo en suspensión únicamente.
Y todavía no se porque hablo de "nosotros" cuando nunca hemos sido nada más que dos conocidos con un mismo destino, conocernos y distanciarnos.
El olvido y el adiós sobre mi espalda ya pesa demasiado para no hacerlo realidad.
Media vuelta y que todo se desvanezca.
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